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El verano es sinónimo de calor, vacaciones, playa y descanso para muchos, pero alrededor del mundo, esta estación también es un escenario para una gran diversidad de celebraciones culturales, rituales tradicionales y festividades que reflejan la identidad de cada país. Desde costumbres milenarias hasta eventos modernos que han capturado la imaginación de la juventud, el verano se vive de formas muy distintas en cada rincón del planeta. A continuación, realizamos un recorrido por diez países y sus curiosas formas de celebrar julio y agosto, que van desde batallas con tomates hasta rituales con fuego, agua o música.
En Japón, por ejemplo, se celebra el Obon durante el mes de agosto, una de las festividades más espirituales del calendario nipón. Esta tradición budista honra a los antepasados mediante rituales de limpieza, visitas a los cementerios y danzas folklóricas llamadas Bon Odori. En muchas ciudades, se lanzan faroles flotantes en ríos o en el mar para guiar a los espíritus de regreso al más allá. Es un momento de reunión familiar, reflexión y respeto que contrasta con la imagen de verano puramente festivo que solemos tener.
Muy diferente es la celebración de La Tomatina en Buñol, España, que tiene lugar el último miércoles de agosto. Lo que comenzó como una pelea espontánea de tomates entre jóvenes en 1945 se ha transformado en una fiesta internacional en la que miles de personas se lanzan más de 150.000 kilos de tomates maduros durante una hora. El evento, además de ser una experiencia catártica y divertida, está perfectamente organizada con medidas de seguridad y limpieza, convirtiendo a Buñol en uno de los epicentros del verano europeo.
En Noruega, el verano es un momento para celebrar el sol de medianoche en las regiones más septentrionales. Durante estas fechas, el sol no se pone completamente y se pueden vivir noches luminosas en las que se celebran festivales de música, fogatas en la playa y excursiones a la montaña a altas horas de la madrugada. La ciudad de Tromsø, por ejemplo, acoge conciertos al aire libre, actividades culturales y encuentros sociales que rinden homenaje a la naturaleza y al espíritu libre del verano nórdico.
En Brasil, aunque el verano austral tiene lugar en diciembre y enero, en julio y agosto se celebran las Festas Juninas, una extensión que en muchas regiones se prolonga durante todo el invierno brasileño. Estas fiestas, inspiradas en las celebraciones campesinas, incluyen bailes tradicionales como el forró, comidas típicas, fuegos artificiales y concursos de disfraces. En ciudades como Campina Grande o Caruaru, las Festas Juninas son tan grandes que atraen a miles de personas con sus celebraciones coloridas, religiosas y populares.
En la India, el mes de agosto marca la celebración del Raksha Bandhan, un festival que celebra el vínculo entre hermanos y hermanas. Durante esta festividad, las hermanas atan una pulsera sagrada llamada “rakhi” en la muñeca de sus hermanos como símbolo de protección y afecto, mientras los hermanos les ofrecen regalos y promesas de cuidado. Aunque no es una celebración de verano como tal, se realiza en medio del monzón y tiene un profundo significado emocional y social en la cultura india.
En Finlandia, el Festival de Flow en Helsinki se ha convertido en un referente de la cultura urbana en Europa. Celebrado en agosto, combina música alternativa, arte contemporáneo y gastronomía sostenible en un antiguo complejo industrial. Más que un simple festival, se considera una experiencia estética y sensorial que representa el estilo de vida escandinavo: minimalista, respetuoso con el medio ambiente y centrado en la calidad.
En Perú, el mes de julio está marcado por las celebraciones de Fiestas Patrias, especialmente el 28 y 29 de julio, cuando se conmemora la independencia del país. Lima se llena de desfiles, conciertos y espectáculos tradicionales, mientras en el interior del país se realizan fiestas patronales con danzas, música andina y ferias gastronómicas. El Inti Raymi, aunque se celebra el 24 de junio, también deja una estela de festividades que continúa en julio en muchas regiones.
En Canadá, el verano es sinónimo de festivales de arte y naturaleza. El Calgary Stampede, aunque ocurre a principios de julio, es uno de los eventos más representativos: un gigantesco rodeo que mezcla tradición vaquera, conciertos y competiciones ecuestres. Además, ciudades como Montreal o Vancouver albergan festivales de jazz, cine y arte que transforman el espacio urbano en un lienzo creativo y participativo.
En Italia, el Ferragosto (15 de agosto) es una de las celebraciones veraniegas más tradicionales. De origen romano y luego adoptado por el catolicismo como la Asunción de María, es un día festivo que marca el pico del verano. Muchas familias lo celebran con comidas al aire libre, viajes a la playa o a la montaña, y fuegos artificiales. En ciudades como Roma o Florencia, aunque muchos comercios cierran, los eventos culturales y las visitas a monumentos se adaptan a los turistas que buscan una experiencia más tranquila.
Como podemos ver, el verano en el mundo va más allá del calor y el turismo. Es una estación cargada de significado cultural, identidad y tradiciones que reflejan la diversidad de formas de habitar el tiempo y el espacio. Desde rituales espirituales hasta festivales multitudinarios, desde pequeñas aldeas hasta grandes capitales, cada región encuentra su manera única de celebrar la vida, el sol y la comunidad durante los meses de julio y agosto.
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