Los secretos mejor guardados del Alcázar de Segovia que pocos turistas conocen

Secretos, historia y leyendas que quizá no conoces del Alcázar de Segovia

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El Alcázar de Segovia es, sin duda, uno de los monumentos más icónicos de España y uno de los castillos más fotografiados de Europa. Su silueta de cuento, coronada por torres puntiagudas y rodeada por un paisaje natural imponente, lo convierte en una visita obligada para quien llega a la ciudad. Sin embargo, más allá de su imponente presencia y de los espacios más conocidos por el gran público, el Alcázar esconde historias, rincones y detalles que muchos visitantes pasan por alto.

En este artículo te invitamos a descubrir los secretos menos conocidos del Alcázar de Segovia: anécdotas históricas, elementos arquitectónicos ocultos y espacios que normalmente pasan desapercibidos.

El origen militar que muchos olvidan

Aunque hoy se identifica principalmente como palacio, el Alcázar nació como fortaleza militar. Su ubicación estratégica, sobre una roca en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, permitía una defensa natural difícil de superar. La primera referencia documentada es del año 1122, aunque probablemente existiera una fortificación anterior de época árabe.

El foso original, los restos de la barbacana y las estructuras de defensa de los primeros siglos son visibles en visitas guiadas especializadas y demuestran el pasado bélico del monumento.

La Torre de Juan II y su escalera de 152 peldaños

Una de las partes más fotografiadas del Alcázar es la Torre de Juan II. Muchos turistas acceden a su base, pero no todos se atreven a subir sus 152 escalones estrechos y empinados que conducen al punto más alto del castillo.

Quienes lo hacen disfrutan de una de las mejores vistas panorámicas de Segovia: el casco histórico, la Catedral, la Sierra de Guadarrama y los valles que rodean la ciudad. Es también uno de los lugares preferidos por fotógrafos profesionales y amantes de los atardeceres.

Las gárgolas ocultas y su simbolismo

El exterior del Alcázar está decorado con docenas de gárgolas talladas en piedra, cada una con un diseño único. Algunas representan animales fantásticos, otras figuras grotescas o simbólicas. Estos elementos no solo tenían una función decorativa o de desagüe: también eran concebidos como protectores del edificio y como advertencias morales para quienes accedían a él.

Una visita con prismáticos o una cámara con zoom permite apreciar detalles sorprendentes que a simple vista pasan desapercibidos.

La sala del Trono y sus inscripciones ocultas

La Sala del Trono es uno de los espacios más conocidos del recorrido interior, por su espectacular artesonado mudéjar y la sillería regia. Pero pocos visitantes reparan en las inscripciones en latín talladas en los zócalos de las paredes o en los detalles heráldicos incrustados en los asientos y columnas.

Estas inscripciones hacen referencia a la autoridad divina de los Reyes Católicos y a su papel como defensores de la fe y del reino. También hay símbolos templarios y referencias cruzadas a otros reinos peninsulares, lo que demuestra la importancia política del Alcázar en su época.

Un laboratorio de artillería en el siglo XVIII

Entre los siglos XVIII y XIX, el Alcázar dejó de ser un palacio real y fue utilizado como sede del Real Colegio de Artillería, la primera academia militar moderna de España. En sus salas se formaron generaciones de ingenieros militares y se realizaron experimentos pioneros en balística, cartografía y fortificación.

Una de las estancias menos conocidas del castillo recrea hoy un aula de aquella época, con mapas antiguos, instrumentos de medición y uniformes originales. Esta etapa de la historia del Alcázar es poco difundida pero de enorme relevancia para entender la historia militar de España.

Las leyendas del Alcázar

Como todo castillo medieval, el Alcázar de Segovia también es protagonista de leyendas. Entre las más populares:

  • El fantasma del caballero negro, que se dice recorre los pasillos del castillo durante la noche.

  • La sala secreta de Isabel la Católica, supuestamente usada para guardar documentos confidenciales durante su estancia en el Alcázar.

  • El túnel que conecta el Alcázar con la Catedral, una leyenda recurrente en muchas ciudades con patrimonio subterráneo, aunque no existe evidencia arqueológica definitiva.

Estas historias alimentan el imaginario popular y convierten al monumento en un escenario ideal para visitas nocturnas tematizadas, cada vez más comunes en la ciudad.

Cómo disfrutar de una visita más completa

Para descubrir estos secretos, es recomendable:

  • Hacer la visita guiada completa, preferiblemente con guía local acreditado.

  • Visitar en temporada baja o fuera del horario punta, para disfrutar del espacio sin aglomeraciones.

  • Combinar la visita con el Museo de la Real Academia de Artillería o con rutas exteriores por el entorno natural del castillo.

Además, en 2025 se están desarrollando experiencias inmersivas de realidad aumentada que permiten visualizar cómo era el Alcázar en diferentes épocas de su historia, desde su origen como fortaleza hasta su uso académico y militar.

Conclusión

El Alcázar de Segovia es mucho más que un castillo de postal. Es un edificio vivo, lleno de historia, de detalles ocultos y de rincones por descubrir. Conocer sus secretos es adentrarse en la verdadera esencia de uno de los monumentos más importantes de España.

Para quienes buscan algo más que la foto desde el mirador, explorar el Alcázar en profundidad es una experiencia cultural y emocional que deja huella.

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