La música tradicional segoviana que resiste al paso del tiempo

40 AÑOS RONDA SEGOVIANA

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La música es memoria, emoción y comunidad. En Segovia, la música tradicional ha sobrevivido al paso del tiempo gracias al esfuerzo de generaciones que han mantenido vivos instrumentos, letras y melodías que forman parte del alma rural de la provincia.

La dulzaina: emblema sonoro

La dulzaina es el instrumento por excelencia en las fiestas segovianas. Su sonido agudo, que se eleva sobre los tamboriles, marca el inicio de procesiones, bailes y actos litúrgicos. De origen medieval, la dulzaina ha acompañado siglos de historia, adaptándose a los tiempos sin perder su esencia.

Repertorio de tradición oral

Canciones como jotas, seguidillas y romances no solo animan fiestas, sino que transmiten historias, valores y saberes populares. Muchas letras hablan del trabajo en el campo, del amor o de acontecimientos históricos locales. La música oral es un archivo viviente que ha pasado de abuelos a nietos.

Agrupaciones que mantienen viva la tradición

Grupos como “La Esteva” o “El Zarragón” han sido claves en la conservación y difusión del folklore segoviano. No solo interpretan canciones, sino que investigan, recopilan y enseñan. Sus talleres y actuaciones fomentan la participación y el orgullo cultural.

Innovación sin perder raíz

Algunos artistas han comenzado a mezclar música tradicional con otros géneros como jazz, flamenco o electrónica. Esta fusión ha permitido llegar a nuevos públicos y mostrar que lo tradicional no está reñido con la modernidad.

Educación y patrimonio

Varias escuelas y centros culturales de la provincia incluyen talleres de música tradicional. También se han desarrollado estudios universitarios sobre etnomusicología en colaboración con universidades de Castilla y León, permitiendo clasificar melodías y analizar su evolución.

Conclusión

La música tradicional de Segovia no es un vestigio del pasado: es una manifestación viva que sigue latiendo en cada fiesta, en cada pueblo, en cada generación. Preservarla es un acto de resistencia cultural y un homenaje a quienes han hecho de ella su forma de vida.

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