La digitalización de los pueblos segovianos: qué ha cambiado desde la pandemia

Una provincia que mira hacia el futuro | El Norte de Castilla

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La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después en muchos aspectos de la vida cotidiana en todo el mundo, y los pueblos de Segovia no fueron la excepción. Aunque las zonas rurales históricamente han tenido un acceso más limitado a las tecnologías digitales y la conectividad, el confinamiento y las restricciones impuestas durante la crisis sanitaria aceleraron procesos que ya se venían gestando, y pusieron en evidencia tanto los avances como los retos pendientes en la digitalización de estos territorios. Desde el acceso a internet hasta la implantación del teletrabajo, pasando por el uso de servicios digitales para la administración o la educación, la digitalización ha transformado la vida en los pueblos segovianos, aunque de manera desigual y con particularidades propias de la realidad rural.

Antes de la pandemia, los pueblos pequeños de Segovia ya contaban con ciertas infraestructuras tecnológicas, pero el nivel de acceso a banda ancha de alta velocidad era variable y en algunos casos insuficiente. El desarrollo tecnológico no siempre había sido prioritario para las administraciones públicas, y muchos municipios aún dependían de conexiones de internet lentas o poco fiables. Esta situación limitaba el uso de servicios digitales, tanto en el ámbito doméstico como en el empresarial, lo que generaba un importante desequilibrio entre la ciudad y el medio rural. La educación, la sanidad y la administración electrónica sufrían las consecuencias, haciendo más difícil para los habitantes rurales acceder a servicios públicos y oportunidades económicas.

Sin embargo, la pandemia provocó una necesidad urgente de superar estas barreras digitales. Con las escuelas cerradas, la administración atendiendo principalmente por vía telemática y muchas empresas adaptándose al teletrabajo, la demanda de conexiones estables y servicios digitales se disparó. En Segovia, tanto instituciones públicas como privadas intensificaron sus esfuerzos para mejorar la conectividad en las zonas rurales. Proyectos de despliegue de fibra óptica se aceleraron y la cobertura móvil mejoró significativamente en muchos municipios. Aunque la desigualdad digital persiste, los avances en pocos meses han sido notables, acercando la brecha entre el campo y la ciudad.

Uno de los grandes cambios que ha experimentado la vida rural segoviana es la adopción del teletrabajo. Para muchas personas que vivían en la ciudad y durante la pandemia tuvieron que quedarse en sus segundas residencias o que siempre han vivido en pueblos pequeños, trabajar desde casa se convirtió en la única opción. Esta nueva realidad impulsó la modernización de la infraestructura tecnológica doméstica y también cambió la mentalidad sobre el lugar desde donde se puede desempeñar un empleo. Hoy, el teletrabajo ha abierto la puerta a una mayor permanencia de la población joven en los pueblos, que ya no se ve obligada a trasladarse necesariamente a la capital o a otras ciudades para trabajar.

Además, el teletrabajo ha favorecido la aparición de nuevos negocios digitales y de servicios online. En municipios como Cuéllar, Riaza o Sepúlveda, algunos emprendedores han aprovechado las oportunidades digitales para desarrollar tiendas online, servicios de asesoría remota o actividades creativas como el diseño gráfico, la consultoría o la educación a distancia. La digitalización ha facilitado también la promoción del turismo rural, permitiendo que alojamientos, restaurantes y actividades locales puedan llegar a clientes de toda España y del extranjero mediante plataformas digitales, redes sociales y páginas web.

En el ámbito educativo, la digitalización ha sido un reto y una oportunidad. Las escuelas rurales de Segovia se enfrentaron al reto de garantizar la educación online para los niños y jóvenes durante los confinamientos. La mayoría de los centros tuvieron que adaptar sus metodologías y equiparse con recursos digitales, como tablets o pizarras digitales, para no dejar atrás a los alumnos. Sin embargo, las carencias en la conectividad o la falta de formación en herramientas digitales fueron obstáculos significativos, especialmente para las familias con menos recursos. En respuesta, el gobierno regional y algunas ONG implementaron programas para distribuir equipos y formar a profesores y familias, impulsando un proceso de alfabetización digital que sigue en marcha.

La administración pública en Segovia también ha avanzado en la digitalización de sus servicios, aunque con particularidades rurales. Muchos ayuntamientos han habilitado plataformas online para trámites, citas previas o consultas, facilitando el acceso a la ciudadanía sin necesidad de desplazamientos. No obstante, la digitalización de la administración local se enfrenta a la dificultad del envejecimiento poblacional en algunos municipios, donde el manejo de las nuevas tecnologías es más limitado y la preferencia sigue siendo el contacto presencial. Por eso, la apuesta ha sido combinar la mejora digital con la atención personalizada, para no dejar a nadie fuera del acceso a servicios públicos.

En cuanto al comercio y las actividades económicas, la digitalización ha supuesto un impulso necesario para muchos negocios rurales que antes dependían casi exclusivamente del turismo presencial y el boca a boca. Ahora, los comercios de alimentación, artesanía o productos locales pueden utilizar canales digitales para comercializar y dar visibilidad a sus productos, creando sinergias con otras iniciativas de promoción del patrimonio y la gastronomía segoviana. Por ejemplo, algunos productores de quesos, embutidos o miel han aprovechado las redes sociales para llegar a mercados más amplios y fidelizar a clientes interesados en productos de calidad y proximidad.

No obstante, a pesar de estos avances, la digitalización en los pueblos segovianos sigue enfrentando importantes retos. La dispersión poblacional, el envejecimiento y la falta de formación digital siguen siendo barreras para un uso pleno y efectivo de las tecnologías. Además, la sostenibilidad económica de los proyectos de mejora de infraestructura tecnológica es un desafío, especialmente en zonas con pocos habitantes. La inversión pública y privada debe seguir apoyando el desarrollo de una conectividad robusta, pero también fomentar la capacitación digital de todos los grupos sociales para que los beneficios sean reales y generalizados.

Mirando hacia el futuro, la digitalización en Segovia abre posibilidades emocionantes. La implantación de tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) o el big data puede revolucionar sectores tradicionales como la agricultura, el turismo o la gestión medioambiental. En este sentido, la colaboración entre ayuntamientos, asociaciones locales, universidades y empresas tecnológicas será clave para diseñar soluciones adaptadas a las necesidades rurales, que respeten la identidad y los valores de las comunidades segovianas. La digitalización, lejos de ser un proceso impersonal, puede convertirse en una herramienta para fortalecer la cohesión social y el desarrollo sostenible en los pueblos.

En conclusión, la pandemia ha acelerado un proceso de digitalización en los pueblos de Segovia que ya se venía fraguando, y que ha transformado la vida diaria, la economía y la gestión pública en la provincia. Aunque quedan retos importantes, los avances en conectividad, teletrabajo, educación y comercio digital han abierto nuevas oportunidades para revitalizar el medio rural. La clave estará en continuar impulsando políticas inclusivas y adaptadas, que permitan que la digitalización sea una palanca para mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad de los pueblos segovianos, sin perder de vista su rica identidad cultural y social.

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