De promesas a políticas: qué nos espera este curso político 2025-2026

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El inicio del curso político 2025-2026 llega cargado de expectativas, incertidumbres y retos que marcarán el rumbo de España a nivel estatal, autonómico y local. Tras un verano en el que la agenda pública se ha mantenido activa con debates sobre economía, medio ambiente y derechos sociales, la vuelta a la rutina política implica poner en marcha compromisos, evaluar promesas electorales y responder a las demandas ciudadanas.

Este análisis aborda las principales líneas que definirán la política española durante los próximos meses, teniendo en cuenta la complejidad de un escenario fragmentado, donde la gobernabilidad y la cooperación entre diferentes niveles de administración serán clave para avanzar.

En el plano estatal, el Gobierno central afronta la difícil tarea de consolidar la recuperación económica tras los efectos prolongados de la inflación y las tensiones internacionales. La agenda económica incluye la reforma del sistema tributario, con propuestas para aumentar la progresividad y combatir el fraude fiscal, así como medidas para incentivar la inversión en energías renovables y tecnologías verdes. El plan de transformación digital sigue siendo prioritario, buscando mejorar la competitividad y la inclusión digital de la población. Sin embargo, estas políticas deben compaginarse con la gestión del gasto público y la contención del endeudamiento, en un contexto de incertidumbre global y subida de tipos de interés.

En materia social, la apuesta por la educación y la sanidad pública se mantiene en el centro del debate. La ampliación de la oferta educativa, la mejora de las infraestructuras escolares y el impulso a la formación profesional dual forman parte del plan para reforzar el sistema educativo. En sanidad, la atención primaria es un eje prioritario, con el objetivo de reducir listas de espera y mejorar la accesibilidad, especialmente en zonas rurales y despobladas.

En cuanto a política territorial, la relación con las comunidades autónomas sigue siendo un terreno sensible. Cataluña, el País Vasco y otras regiones con fuertes identidades propias plantean desafíos constantes para la cohesión nacional. El diálogo y la negociación se perfilan como herramientas imprescindibles para avanzar en acuerdos que respeten la diversidad y fortalezcan el autogobierno sin menoscabar la unidad. En este sentido, el calendario parlamentario prevé debates relevantes sobre financiación autonómica y competencias.

En el ámbito local, ayuntamientos y diputaciones provinciales tienen un papel fundamental en la ejecución de políticas públicas que afectan directamente la vida cotidiana. El reparto de fondos europeos Next Generation impulsa proyectos de modernización urbana, movilidad sostenible, rehabilitación de viviendas y digitalización administrativa. Sin embargo, la capacidad de gestión y la coordinación entre niveles de gobierno son factores decisivos para el éxito de estas iniciativas.

El curso político 2025-2026 también estará marcado por importantes citas electorales, tanto locales como autonómicas, que influirán en la configuración de gobiernos y alianzas. Los partidos políticos trabajan para consolidar sus bases y captar el voto de los indecisos, mientras las redes sociales y los medios de comunicación juegan un papel cada vez más relevante en la opinión pública.

Los retos más inmediatos incluyen la gestión de la crisis climática, que exige políticas ambiciosas para reducir emisiones y proteger el medio ambiente; la promoción de la igualdad de género y la lucha contra la violencia machista; y la respuesta a las demandas de los jóvenes, que reclaman más oportunidades laborales, formación y participación.

En definitiva, el curso político que ahora comienza será una prueba de madurez para las instituciones y actores políticos españoles. La capacidad de diálogo, consenso y adaptación a las nuevas realidades marcará la diferencia entre avances significativos y estancamientos.

Para la ciudadanía, es fundamental mantenerse informada, participar activamente en los procesos democráticos y exigir responsabilidad y transparencia a quienes ejercen el poder. La política es un reflejo de la sociedad, y su evolución depende en gran medida del compromiso y la vigilancia de todos.

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