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Barcelona es una ciudad vibrante y cosmopolita, pero cuando llega el verano, muchos locales y turistas buscan escapar del bullicio de las playas más conocidas como la Barceloneta, Bogatell o Mar Bella. Afortunadamente, a pocos kilómetros de la ciudad condal se encuentran auténticos paraísos escondidos, playas salvajes y calas secretas que ofrecen tranquilidad, belleza natural y una experiencia mucho más íntima. En este artículo exploraremos algunas de las mejores playas poco conocidas cerca de Barcelona, ideales para disfrutar del sol, el mar y la naturaleza sin aglomeraciones.
Cala Morisca Ubicada en el Parque Natural del Garraf, Cala Morisca es una playa semioculta entre acantilados que parece sacada de una postal. Aunque pertenece al municipio de Sitges, se encuentra a tan solo 30 minutos en coche desde Barcelona. Es perfecta para quienes buscan un entorno más natural, con aguas cristalinas y un ambiente relajado. La cala es de fácil acceso desde la carretera, aunque tiene un pequeño peaje en temporada alta. También cuenta con un chiringuito y zona de alquiler de hamacas, pero conserva su esencia salvaje gracias a su ubicación entre montañas y vegetación mediterránea.
Platja de l’Home Mort Esta playa nudista, también cerca de Sitges, es una de las más antiguas de Europa en cuanto a tradición naturista. Para llegar hay que caminar unos 20 minutos por un sendero costero desde la playa dels Colls, lo que la convierte en un rincón apartado y tranquilo. Sus aguas son limpias y tranquilas, y el entorno está formado por rocas y pequeñas calas, perfectas para los amantes de la fotografía o aquellos que simplemente desean desconectar.
Cala Fonda (Waikiki) Situada en Tarragona, pero accesible desde Barcelona en poco más de una hora, Cala Fonda —más conocida como Waikiki— es una playa virgen rodeada de un frondoso bosque de pinos. El acceso no es fácil, ya que hay que caminar unos 30 minutos desde el aparcamiento más cercano, pero vale la pena por la belleza del lugar. La playa no cuenta con servicios, por lo que se recomienda llevar agua, comida y protector solar. Es muy popular entre los amantes del senderismo y aquellos que buscan una experiencia completamente natural.
Cala de l’Ametller En la Costa Brava, a unas dos horas de Barcelona, se encuentra esta pequeña joya entre rocas. La cala de l’Ametller está en Sant Feliu de Guíxols y se caracteriza por su agua turquesa y su fondo rocoso, ideal para practicar snorkel. No es una playa para tomar el sol cómodamente, pero sí para explorar la fauna marina o disfrutar de una jornada tranquila lejos del ruido. El acceso es algo complicado, bajando por un sendero estrecho, lo que limita el número de visitantes.
Cala del Senyor Ramon Una de las playas más espectaculares de la Costa Brava, ubicada entre Tossa de Mar y Sant Feliu de Guíxols. Es amplia, de arena gruesa y con un entorno montañoso impresionante. Se puede acceder en coche hasta un aparcamiento cercano, y luego caminar unos minutos. Aunque es más grande que otras calas mencionadas, su ubicación apartada hace que no esté tan masificada. Además, es perfecta para quienes buscan nadar en aguas profundas o disfrutar de una jornada de relax con vistas de ensueño.
Consejos para visitar playas salvajes cerca de Barcelona
- Llega temprano: muchas de estas playas tienen accesos limitados o pequeños aparcamientos, por lo que es mejor madrugar.
- Lleva todo lo necesario: al no tener servicios, es fundamental llevar agua, comida, protector solar, sombrilla y bolsa para la basura.
- Respeta el entorno: son espacios naturales, algunos protegidos, así que es importante no dejar residuos, no hacer fuegos y no alterar la fauna o la flora.
- Infórmate antes: consulta si la playa es nudista, si se puede llevar perro, o si está permitida la acampada (en la mayoría no lo está).
- Calzado adecuado: muchas de estas calas tienen accesos por caminos rocosos o empinados, por lo que unas buenas zapatillas son clave.
¿Por qué elegir playas salvajes? La experiencia de visitar una playa salvaje es completamente distinta a la de una urbana. La conexión con la naturaleza, la ausencia de ruidos artificiales, la posibilidad de escuchar solo las olas y los pájaros… todo contribuye a una sensación de bienestar difícil de conseguir en playas más concurridas. Además, suelen tener una biodiversidad marina mucho más rica, lo que las convierte en lugares ideales para el snorkel o simplemente para relajarse observando el entorno.
En definitiva, las playas salvajes cerca de Barcelona ofrecen una alternativa perfecta para quienes desean huir del turismo de masas y vivir un verano más auténtico. Ya sea para pasar el día en pareja, en soledad o con amigos aventureros, estas calas escondidas son un tesoro que vale la pena descubrir.
En tu próxima escapada, deja atrás la toalla en la Barceloneta y atrévete a explorar estos paraísos naturales. Tu cámara, tu piel y tu alma te lo agradecerán.
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