La otra Segovia: rutas de senderismo poco conocidas que te conectan con la naturaleza y la historia

Rutas fáciles para descubrir otros tesoros de Segovia

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Segovia es mucho más que su impresionante acueducto o su imponente Alcázar. La provincia entera guarda rincones secretos que sorprenden al caminante que decide dejar atrás los itinerarios más turísticos. Existen rutas de senderismo que, lejos del bullicio, permiten redescubrir la riqueza natural, histórica y cultural de esta tierra. Son caminos menos transitados pero cargados de belleza, donde el silencio, el murmullo del viento y el canto de los pájaros reemplazan las colas y los flashes. A continuación te invitamos a conocer algunos de estos tesoros escondidos de la Segovia más rural, verde y auténtica.

Una de las rutas más fascinantes para los amantes de la naturaleza y la historia es la senda que une la localidad de Pedraza con las Hoces del río Cega. Este recorrido atraviesa dehesas, bosques de sabinas y encinas centenarias, y termina en un espectacular cañón calizo esculpido por el río. En el camino se pueden encontrar restos de antiguas calzadas romanas y construcciones pastoriles, como chozos y majadas que aún conservan la esencia de un pasado agrícola. El contraste entre la arquitectura popular y el entorno natural convierte esta ruta en una experiencia sensorial completa. Además, es ideal para quienes buscan un paseo moderado, de unas cuatro horas de duración, con vistas que merecen cada paso.

Otra ruta menos conocida pero profundamente simbólica es la subida al cerro del Castillo de Castilnovo. Este castillo, aunque de propiedad privada, se alza majestuoso sobre un meandro del río San Juan. El sendero parte desde el pueblo y permite un ascenso pausado entre campos de cereal y matorral bajo. En la cima, el castillo parece observar en silencio la historia que ha pasado ante sus muros desde el siglo XV. Desde allí, las vistas panorámicas permiten contemplar un horizonte despejado que transmite serenidad. Es una caminata ideal al atardecer, cuando los colores del sol tiñen de oro los campos segovianos.

Para los más aventureros, la ruta del Cañón del río Viejo, en las proximidades de Sepúlveda, ofrece un paisaje agreste y sorprendente. Este pequeño cañón escondido es un paraíso para el senderista experimentado. La dificultad es media-alta, ya que hay tramos con terreno irregular, pero las recompensas son muchas: cuevas, manantiales ocultos, restos fósiles y una biodiversidad increíble, que incluye buitres leonados, corzos, jabalíes y una gran variedad de flora endémica. Este recorrido, de unas cinco horas ida y vuelta, es perfecto para quienes buscan desconectar por completo y sentir la naturaleza en su estado más puro.

El Parque Natural de las Hoces del Duratón es mundialmente famoso por sus vistas espectaculares y su colonia de buitres, pero pocos saben que hay senderos alternativos fuera del circuito habitual. Uno de ellos es la ruta que parte desde Villaseca y bordea el río a través de un antiguo camino de pescadores. Esta senda permite ver el cañón desde abajo, con una perspectiva más íntima y menos transitada. A lo largo del trayecto se encuentran ruinas de antiguos molinos de agua y restos de puentes medievales. La conexión con el río y su historia convierte esta caminata en una especie de viaje en el tiempo.

Si lo que se busca es una caminata breve y familiar, la senda de la Ermita de San Frutos desde Carrascal del Río es una opción excelente. Aunque esta ruta es algo más conocida, muchos visitantes se limitan a la ermita y no exploran los senderos que la rodean. Desde allí parte un recorrido circular que atraviesa pequeñas grutas, formaciones rocosas y balcones naturales con vistas al embalse de Burgomillodo. Es una ruta corta pero mágica, ideal para niños o para quienes deseen hacer una pausa activa sin complicaciones.

Para los que desean unir el senderismo con la tradición etnográfica, la ruta de los Molinos del río Pirón es un viaje por la historia industrial del campo segoviano. A lo largo del trayecto, que parte desde Torreiglesias, se suceden hasta nueve antiguos molinos harineros en distinto estado de conservación. El sendero bordea el río, atraviesa bosques de ribera y ofrece múltiples zonas para detenerse, descansar o incluso darse un chapuzón en las pozas que el río forma en algunos tramos. En primavera, este recorrido se transforma en un vergel de verdes intensos, y en otoño, en un espectáculo de ocres y dorados.

Una mención especial merece la ruta de las Fuentes de Navafría. Aunque esta zona es muy frecuentada en verano por los bañistas que buscan las pozas frías del río Cega, pocos se aventuran a seguir las sendas que suben hacia las montañas. Hay varios caminos que parten desde la zona recreativa de El Chorro, y que se internan en los pinares hacia cumbres como el Pico del Nevero. La combinación de sombra, aire puro y vistas infinitas sobre la meseta castellana hace de este recorrido un auténtico placer para los sentidos.

Segovia, tierra de contrastes y de historia, se revela así en sus caminos ocultos. Cada sendero encierra un relato, cada piedra tiene algo que contar. Caminar por estos parajes no es solo un ejercicio físico, sino una forma de conexión profunda con el paisaje y con la memoria de una tierra que ha visto pasar siglos de vida humana. La próxima vez que planees una visita a la provincia, considera dejar a un lado el coche, calzarte unas buenas botas y adentrarte en cualquiera de estas rutas. No solo conocerás una nueva cara de Segovia, sino que te llevarás una experiencia que no cabe en fotografías ni en postales.

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