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Con la llegada del verano, no solo cambian las temperaturas, también lo hacen las costumbres, la forma de vestir, de viajar y hasta de alimentarse. Cada año, nuevas tendencias marcan el ritmo de la temporada estival, y el 2025 no será la excepción. Desde la moda y el turismo hasta la tecnología y el ocio, repasamos las claves que definirán el verano de este año.
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Moda sostenible y colores vibrantes
La moda veraniega de 2025 está dominada por tejidos ligeros, reciclados y ecológicos. El lino orgánico, el algodón regenerativo y las fibras recicladas ganan protagonismo en camisas, pantalones y vestidos. Además, los colores del verano serán intensos: verdes pistacho, azules eléctricos, naranjas encendidos y fucsias se verán tanto en la ropa como en los accesorios.
También se imponen los estampados botánicos, los motivos tropicales y las prendas oversize que permiten mayor comodidad sin perder estilo.
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Slow travel: viajar con calma y propósito
El turismo responsable y sin prisas es una de las principales tendencias de este verano. Lejos de los paquetes exprés y las agendas saturadas, el viajero busca experiencias auténticas: estancias en alojamientos sostenibles, escapadas rurales, visitas a productores locales y actividades culturales alejadas del turismo masivo.
Lugares como pequeños pueblos de interior, zonas de costa con baja densidad turística o rutas temáticas en bicicleta están ganando terreno frente a los grandes destinos tradicionales.
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Tecnología para desconectar
Aunque parezca contradictorio, una de las tendencias más marcadas es usar la tecnología para desconectar. Aplicaciones de meditación, dispositivos para medir la calidad del sueño, smartwatches que incentivan el descanso y auriculares que bloquean el ruido son herramientas que ayudan a disfrutar más del presente.
El bienestar digital, entendido como una relación más sana con los dispositivos, es tendencia clara entre los jóvenes y adultos este verano.
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Alimentación fresca, local y vegana
Las terrazas, los chiringuitos y los mercados gastronómicos estarán dominados este año por una oferta que apuesta por ingredientes de proximidad, platos fríos y opciones veganas o vegetarianas. Ensaladas creativas, helados veganos, zumos prensados en frío, wraps de vegetales y bowls nutritivos forman parte del menú estrella.
Además, el interés por probar nuevos sabores sigue creciendo. Los platos con influencias del sudeste asiático, de Oriente Medio o del norte de África tienen cada vez más presencia en las cartas de verano.
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Microinfluencers locales: menos fama, más autenticidad
En el ámbito digital, los microinfluencers están ganando terreno frente a las grandes celebridades de las redes sociales. Con comunidades más reducidas pero muy fieles, estos creadores de contenido recomiendan planes de ocio, moda o restaurantes con un enfoque mucho más auténtico y cercano.
Las marcas apuestan por colaborar con perfiles de entre 5.000 y 50.000 seguidores para llegar a públicos específicos con mayor credibilidad.
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Actividades al aire libre con enfoque wellness
El bienestar físico y mental sigue siendo prioritario. Este verano, se consolidan las actividades al aire libre que combinan ejercicio suave y contacto con la naturaleza: yoga en la playa, caminatas por senderos naturales, sesiones de meditación al atardecer, paddle surf al amanecer y baños de bosque son opciones cada vez más comunes.
La conexión con el entorno y la reducción del estrés están en el centro de estas experiencias.
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Rescate de tradiciones locales
En respuesta al mundo hiperconectado y globalizado, muchos jóvenes y familias están redescubriendo las tradiciones de sus propios territorios: festivales populares, artesanía local, cocina ancestral, danzas tradicionales o celebraciones de barrio. Este rescate de lo local no solo fortalece las identidades culturales, sino que también estimula las economías regionales.
Muchos destinos están integrando estas propuestas en su oferta turística para atraer un público que valora la autenticidad y la historia.
Conclusión
El verano 2025 se perfila como una temporada en la que el estilo va de la mano de la conciencia. Sostenibilidad, bienestar, autenticidad y conexión con lo local son los pilares sobre los que se construyen las principales tendencias. Lejos de los excesos o del turismo masificado, este verano invita a disfrutar del momento, cuidar el entorno y redescubrir el valor de lo simple.
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