imagen:https://www.primeit.es/public/uploads/2024/03/Dia-da-Mulher_Capa.jpg
Durante décadas, el mundo de la tecnología ha estado dominado por figuras masculinas. Pese a las contribuciones históricas de mujeres como Ada Lovelace, Grace Hopper o Radia Perlman, el sector se volvió paulatinamente masculino en su cultura y estructuras. Pero en los últimos años, un movimiento de transformación ha empezado a tomar fuerza. Y los bootcamps de programación están siendo uno de los epicentros de este cambio.
Cada vez más mujeres se suman a estas formaciones intensivas para acceder al sector tecnológico. No solo como estudiantes, sino también como profesoras, mentoras, fundadoras de academias y referentes. En este artículo, exploramos cómo y por qué las mujeres están irrumpiendo en los bootcamps, los retos que enfrentan, los avances logrados y lo que aún queda por construir.
El problema: subrepresentación histórica
Según datos recientes de Eurostat y la Fundación Telefónica:
-
Solo el 20–25% de los empleos en programación están ocupados por mujeres en España.
-
En carreras universitarias de ingeniería informática, el porcentaje femenino rara vez supera el 15%.
-
Muchas mujeres abandonan sus carreras técnicas en los primeros años por falta de referentes o por ambientes hostiles.
Los bootcamps están permitiendo romper estas barreras gracias a su flexibilidad, dinamismo y filosofía inclusiva.
Por qué los bootcamps son clave para la inclusión
1. Formaciones intensivas y accesibles
Las mujeres que quieren reconvertirse profesionalmente encuentran en los bootcamps una alternativa rápida y enfocada a las carreras tradicionales, muchas veces incompatibles con responsabilidades familiares o empleos previos.
2. Menos barreras de entrada
No se exige titulación universitaria, ni experiencia previa. Basta con motivación, disciplina y ganas de aprender. Esto nivela el terreno para muchas mujeres con talento técnico que nunca se sintieron representadas en el sistema educativo clásico.
3. Espacios seguros y diversos
Cada vez más academias incorporan políticas activas de inclusión:
-
Cupos femeninos o paritarios
-
Mentorías específicas
-
Programas de becas para mujeres y personas no binarias
-
Ambientes libres de sexismo o lenguaje excluyente
4. Formación orientada a la empleabilidad real
Las alumnas no solo aprenden código. También entrenan habilidades de presentación, liderazgo técnico, entrevistas laborales, negociación salarial… Claves para romper el techo de cristal desde el inicio.
Retos que aún enfrentan las mujeres en bootcamps
1. Autoexigencia y síndrome del impostor
Muchas mujeres, incluso con excelente rendimiento, dudan de su capacidad técnica. Esto no ocurre igual en sus compañeros hombres, y tiene raíz cultural.
Solución: fomentar espacios de validación, feedback positivo, y visibilidad de logros técnicos femeninos dentro del bootcamp.
2. Falta de referentes
Aunque hay más cada día, aún es difícil encontrar mentoras, profesoras o CTOs mujeres visibles durante la formación.
Solución: crear paneles, charlas, entrevistas y sesiones inspiradoras con mujeres tech en roles altos.
3. Doble jornada o brecha de cuidados
Muchas alumnas compaginan el bootcamp con cuidado de hijos o mayores, lo que puede afectar su ritmo de aprendizaje.
Solución: flexibilidad horaria, clases grabadas, redes de apoyo internas, y recursos para conciliación.
4. Micromachismos y cultura tech
A veces, en equipos mixtos, se reproducen patrones como la invisibilización de ideas femeninas, la sobreexplicación (mansplaining) o la asignación automática de roles no técnicos.
Solución: formación en igualdad, dinámica de roles rotativos, y espacios de escucha activa.
Casos de éxito en España
Adalab
Bootcamp exclusivo para mujeres en Madrid. Ha formado a cientos de desarrolladoras que hoy trabajan en empresas como Telefónica, Accenture, IBM o start-ups nacionales.
Ironhack
Incluye cohortes paritarias, programas de becas para mujeres, y una comunidad activa de egresadas que se apoyan entre sí.
Skylab Coders y The Bridge
Ofrecen tutorías específicas para mujeres, eventos de visibilización y mentoría técnica con ingenieras en activo.
Testimonios reales
Ana R. (28 años, Segovia): “Yo trabajaba como auxiliar administrativa y nunca pensé que podría programar. En el bootcamp sentí que por primera vez estaba en un entorno donde ser mujer no me restaba. Hoy trabajo como frontend junior y nunca había estado tan motivada.”
Lucía M. (32 años, madre de dos hijos): “Mi primer día fue un caos, no entendía nada. Pero me dijeron que estaba bien no saberlo todo. El bootcamp no solo me enseñó código, me enseñó a confiar en mí.”
¿Qué buscan las empresas?
Cada vez más compañías están interesadas en incorporar talento femenino tech, no por cumplir cuotas, sino porque la diversidad mejora los productos y la innovación.
Las empresas que colaboran con bootcamps inclusivos:
-
Reciben candidatas formadas con foco práctico
-
Ganan puntos en sus políticas de igualdad interna
-
Fortalecen sus equipos multidisciplinares y equitativos
El futuro: más allá de la paridad
El objetivo no es solo que haya más mujeres en bootcamps, sino que las que estén se sientan seguras, reconocidas y con oportunidades reales de crecer.
Es necesario avanzar hacia:
-
Liderazgos técnicos femeninos visibles
-
Cultura de respeto e inclusión en el entorno laboral post-bootcamp
-
Reformulación de currículums para incluir diversidad desde el diseño de contenidos
Conclusión
Los bootcamps de programación están cumpliendo un papel clave en la transformación del sector tecnológico: no solo aceleran el aprendizaje, también democratizan el acceso y promueven la inclusión.
Para las mujeres, representan una oportunidad única de cambiar de rumbo, romper estigmas y ocupar espacios que históricamente les fueron negados.
En Segovia, donde el ecosistema digital aún está creciendo, promover bootcamps inclusivos es también apostar por un futuro tecnológico más justo, plural y sólido.
Leave a Reply