Trabajos que desaparecerán por culpa de los algoritmos (y cuáles los sustituirán)

10 trabajos que podrían desaparecer en cualquier momento por culpa de la IA  (y 5 que se crearán)

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La automatización ya no es una predicción: es una realidad que está transformando el mercado laboral a un ritmo vertiginoso. Los algoritmos, impulsados por la inteligencia artificial, están reemplazando tareas repetitivas, estructuradas y previsibles. Esto ha puesto en jaque a miles de empleos tradicionales. Según el Future of Jobs Report 2025 del World Economic Forum, alrededor de 44 millones de empleos podrían verse desplazados antes de 2030 por efecto directo de la automatización y los sistemas inteligentes.

Pero esta revolución también tiene un lado positivo. Si bien algunas profesiones desaparecerán, otras —más técnicas, estratégicas y creativas— surgirán para tomar su lugar. El trabajo no está muriendo; está evolucionando.


Los perfiles más amenazados por los algoritmos

Los algoritmos destacan por su capacidad de realizar tareas rutinarias de forma más rápida, precisa y económica que los humanos. Por eso, los empleos con alto grado de repetición y baja demanda cognitiva están en la mira. Algunos ejemplos:

  • Cajeros y personal de atención en tiendas físicas: con el avance de las cajas de autoservicio, pagos móviles y comercio online, la necesidad de cajeros disminuye.

  • Administrativos y oficinistas: muchas tareas como ordenar archivos, introducir datos o gestionar correos pueden automatizarse con RPA (automatización robótica de procesos).

  • Teleoperadores y atención telefónica: los chatbots y asistentes virtuales están asumiendo una gran parte de las consultas de clientes.

  • Contadores junior y auxiliares contables: la contabilidad básica puede ser realizada por softwares de gestión financiera con mínima intervención humana.

  • Conductores de transporte y logística: con el desarrollo de vehículos autónomos, se anticipa una transformación profunda en este sector.

  • Trabajadores de líneas de montaje o fábricas: la robótica industrial sigue reemplazando mano de obra en sectores como automoción, electrónica o alimentación.

Las razones del reemplazo: eficiencia, costos y disponibilidad

¿Por qué los algoritmos están desplazando estos empleos? Las razones son múltiples:

  • Costes bajos: un sistema automatizado no cobra salario, no se enferma y trabaja 24/7.

  • Eficiencia: los algoritmos cometen menos errores en tareas sistemáticas.

  • Escalabilidad: se pueden implementar de forma masiva en poco tiempo.

  • Análisis en tiempo real: permiten tomar decisiones rápidas basadas en grandes volúmenes de datos.

Esto no significa que el empleo humano se extinga, sino que se está desplazando hacia tareas que los algoritmos aún no pueden replicar: pensamiento estratégico, creatividad, empatía, adaptabilidad.


Los trabajos que ocuparán su lugar

Afortunadamente, el mismo informe del WEF predice que surgirán más de 69 millones de nuevos empleos ligados a la transformación digital, la economía verde, el cuidado de personas y la tecnología. Algunos de los roles con más proyección:

  • Especialistas en inteligencia artificial y machine learning: encargados de diseñar, entrenar y mantener los algoritmos.

  • Analistas de datos: extraen valor de la información generada por los sistemas automatizados.

  • Desarrolladores de software y arquitectos de nube: diseñan e implementan las plataformas tecnológicas que soportan la automatización.

  • Técnicos de mantenimiento robótico y automatización: clave para garantizar el funcionamiento de los sistemas.

  • Diseñadores UX y especialistas en interfaz humano-máquina: necesarios para que los sistemas automatizados sean accesibles y eficientes.

  • Profesionales del cuidado y la salud mental: la demanda de servicios humanos crece a medida que aumenta la soledad y la ansiedad en un mundo digitalizado.

  • Formadores digitales y especialistas en reskilling: fundamentales para reciclar a los trabajadores desplazados por los algoritmos.


¿Estamos ante una extinción laboral? No, estamos ante una transición

La historia nos demuestra que cada revolución tecnológica elimina ciertos empleos, pero también crea otros nuevos. Ocurrió con la mecanización en el siglo XIX, con la informatización en el XX, y ahora está ocurriendo con la automatización inteligente.

La gran diferencia es la velocidad. Lo que antes tardaba décadas, hoy ocurre en apenas unos años. Esto genera tensiones sociales, incertidumbre y miedo. Pero también una gran oportunidad para reinventarse y acceder a empleos más cualificados y mejor remunerados.


El reto: formar para lo que aún no existe

Uno de los grandes desafíos que plantea esta transformación es que muchos de los trabajos del futuro aún no existen o no tienen un nombre definido. Esto hace que la educación tradicional, más lenta y estructurada, no siempre sea capaz de preparar a tiempo a las nuevas generaciones.

Por eso están surgiendo modelos ágiles como:

  • Bootcamps intensivos: para aprender en semanas lo que antes tomaba años.

  • Microcredenciales digitales: cursos específicos sobre habilidades concretas (IA, Python, análisis de datos…).

  • Aprendizaje continuo en el puesto de trabajo: con itinerarios personalizados.

  • Reciclaje profesional (reskilling): para reconvertir perfiles de sectores en declive.

El Future of Jobs Report destaca que el 50% de los trabajadores necesitarán volver a formarse antes de 2027. La buena noticia es que quienes lo hagan, tendrán más oportunidades que nunca.


Algunos casos reales de transformación

  • Del call center al centro de análisis: varias empresas están reconvirtiendo teleoperadores en analistas de atención al cliente, interpretando datos generados por chatbots.

  • Del almacén al control automatizado: trabajadores de logística están aprendiendo a manejar software de gestión de almacenes y drones de inventario.

  • De auxiliar administrativo a analista junior: gracias a cursos online, muchos profesionales están dando el salto a tareas de mayor valor añadido.

Estas historias demuestran que el problema no es la tecnología, sino la falta de acceso a formación actualizada y flexible.


Conclusión: los algoritmos no eliminan el trabajo, lo reconfiguran

La idea de que los robots y los algoritmos eliminarán millones de empleos no es un mito, pero tampoco una catástrofe inevitable. Es una señal de alerta. Nos recuerda que debemos prepararnos para un entorno laboral más cambiante, más técnico y más humano al mismo tiempo.

Los trabajos que desaparecen suelen tener algo en común: poca creatividad, poca interacción y poca adaptabilidad. Los que emergen, por el contrario, exigen pensamiento crítico, capacidad de aprendizaje continuo y, sobre todo, una mentalidad abierta al cambio.

Quienes entiendan esta lógica, tendrán ventaja. Y quienes actúen a tiempo, podrán reinventarse en un mundo donde la tecnología no sustituye al ser humano, sino que lo obliga a evolucionar.

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