Por qué saber ciberseguridad será tan importante como saber inglés

7 ways to strengthen your cybersecurity posture right now

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Durante décadas, el inglés ha sido considerado una de las habilidades más importantes para acceder a mejores oportunidades laborales, especialmente en el contexto globalizado y digital de las últimas décadas. Sin embargo, hoy existe otra competencia que está ganando una importancia similar —e incluso superior en ciertos sectores—: la ciberseguridad.

No se trata solo de una moda tecnológica. Según el Future of Jobs Report 2025 del World Economic Forum, la ciberseguridad es una de las áreas con mayor crecimiento proyectado en generación de empleo hasta el año 2030. En un entorno en el que los ciberataques son cada vez más frecuentes, sofisticados y costosos, saber proteger datos, infraestructuras y sistemas se ha convertido en una necesidad transversal a todas las industrias.

Ciberseguridad: de nicho técnico a competencia básica

Durante años, el campo de la ciberseguridad estuvo reservado para ingenieros de redes y especialistas en informática avanzada. Pero eso está cambiando. Hoy en día, todos los empleados —desde un auxiliar administrativo hasta un gerente de marketing— deben tener nociones mínimas de ciberseguridad para no comprometer el trabajo de toda una organización.

Basta con un clic en un enlace malicioso, una contraseña débil o el uso de un dispositivo no autorizado para abrir las puertas a brechas de seguridad que pueden costar millones de euros.

Por eso, muchas empresas han comenzado a considerar la ciberseguridad como una “alfabetización digital” básica. Igual que se exige saber utilizar un procesador de textos o manejar el correo electrónico, se está comenzando a exigir saber cómo identificar un phishing, cómo proteger los datos personales o cómo trabajar de forma segura desde casa.

El coste real de la ignorancia digital

El informe del WEF menciona que el 43% de las empresas considera la ciberseguridad como una de las principales prioridades estratégicas de aquí a 2030. Y no es para menos.

Algunos datos que reflejan la gravedad del problema:

  • En 2024 se reportaron más de 30.000 ataques diarios a nivel global.

  • Se estima que en 2025 el coste del cibercrimen superará los 10,5 billones de dólares anuales.

  • El 95% de las brechas de seguridad son consecuencia de errores humanos.

Estos números explican por qué la demanda de profesionales formados en ciberseguridad está creciendo a un ritmo tan acelerado. Pero también dejan claro que no basta con contar con un departamento técnico especializado: toda la plantilla debe estar mínimamente entrenada.

El nuevo inglés: saber protegerte en el entorno digital

Así como el dominio del inglés permitió a millones de personas comunicarse y acceder a oportunidades internacionales, el dominio de la ciberseguridad será lo que permitirá trabajar de forma segura y confiable en un entorno laboral cada vez más expuesto.

Y al igual que en su momento hubo una brecha digital entre quienes sabían inglés y quienes no, hoy está emergiendo una nueva brecha de seguridad: entre quienes saben cómo moverse de forma segura por el mundo digital y quienes no.

Este conocimiento se está convirtiendo en un requisito transversal en sectores tan diversos como:

  • Educación: manejo seguro de plataformas online y protección de datos de menores.

  • Salud: confidencialidad de historiales clínicos, protección frente a ransomware.

  • Comercio electrónico: gestión segura de pagos, certificados digitales, protección del consumidor.

  • Administración pública: protección de infraestructuras críticas, identificación digital segura.

  • Trabajo remoto: uso seguro de redes públicas, autenticación de doble factor, protección de dispositivos.

Formación urgente: el papel de los bootcamps y los programas intensivos

Ante esta necesidad urgente de formar talento en ciberseguridad, los bootcamps han emergido como una solución eficaz. Programas de entre 12 y 24 semanas ofrecen una formación práctica e intensiva, centrada en:

  • Principios básicos de seguridad informática.

  • Tipos de amenazas y cómo prevenirlas.

  • Prácticas seguras en el entorno corporativo.

  • Análisis de vulnerabilidades y gestión de incidentes.

  • Hacking ético y pentesting básico.

  • Certificaciones como CompTIA Security+, CEH o CISSP.

Lo interesante es que muchos de estos programas están abiertos a personas sin experiencia técnica previa, lo que permite a trabajadores de sectores diversos reciclarse y acceder a un mercado con alta empleabilidad y sueldos competitivos.

Perfiles profesionales emergentes en ciberseguridad

Además de la formación básica para todos los empleados, existe una gran demanda de perfiles técnicos especializados, muchos de los cuales ya no pueden cubrirse por falta de talento:

  • Analistas de ciberseguridad.

  • Auditores de sistemas.

  • Especialistas en protección de datos (DPOs).

  • Hackers éticos.

  • Especialistas en compliance y normativas (GDPR, ISO27001).

  • Ingenieros de seguridad ofensiva y defensiva.

Estos roles están entre los más solicitados por las empresas, y lo seguirán estando en los próximos cinco años. El informe del WEF incluso plantea que uno de los principales retos empresariales será atraer y retener talento especializado en seguridad digital.

La ciberseguridad como ventaja competitiva

Hoy en día, la confianza digital es un valor empresarial clave. Una compañía que garantiza la seguridad de los datos de sus clientes y la integridad de sus operaciones se convierte automáticamente en más atractiva, tanto para los usuarios como para los inversores.

Además, muchas normativas actuales —como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en Europa— imponen sanciones millonarias ante cualquier descuido. La seguridad ya no es opcional: es una obligación legal y estratégica.

Iniciativas gubernamentales y educativas

Varios gobiernos han comenzado a tomar cartas en el asunto. En España, por ejemplo, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) ha lanzado programas para formar a profesionales, concienciar a pymes y promover buenas prácticas entre los ciudadanos.

Además, universidades, centros de FP y academias privadas están ampliando su oferta formativa en ciberseguridad para responder a la demanda creciente. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer: la oferta sigue siendo insuficiente para cubrir la necesidad real del mercado.

Conclusión: saber ciberseguridad será un básico en el currículum de cualquier trabajador

Así como saber inglés te abría puertas al mundo laboral globalizado, saber ciberseguridad será un pasaporte imprescindible para desenvolverse con soltura en la economía digital del presente y del futuro.

No se trata de convertirse en experto técnico, sino de adquirir una competencia transversal que combine sentido común, buenas prácticas digitales y conocimientos básicos sobre los riesgos del entorno virtual.

En un mundo donde la inteligencia artificial, la automatización y el trabajo remoto avanzan sin freno, la seguridad será el nuevo idioma universal. Y quien no lo hable, corre el riesgo de quedar fuera del juego.

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